La presentación de España en el Mundial produjo impresión. Más allá del resultado, estrepitoso y merecido, queda la imagen de su juego en la primera media hora, un fútbol que se parecía como una gota de agua a otra al de aquella segunda parte ante Rusia en la semifinal de la Eurocopa-08, mejor expresión de los años del tiqui-taca. La excelencia de aquel equipo, paralela a la del Barça de entonces y prolongada luego en el tiempo por Del Bosque, fue el suceso más comentado en el fútbol mundial durante años. En este partido volvió a verse aquello y por más que lo de enfrente no era una selección de alto grado este regreso de aquello habrá puesto a pensar a muchos.
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